14 septiembre 2014

Un soneto de Ángel García López






RECETA DE PACIENCIA Y DE CONSUELO 
CON QUE SANARSE DE LA ENVIDIA PUTA 


Anónimo gaditano, siglo XX 

Te embisten por la espalda dos pitones.

Cornudo, ¿qué hice yo? Cuando parece 
lograste el quite, el toro más se crece
buscando el bulto de los pantalones.

Y cuando piensas que acabó, montones:

media docena, una docena, trece,
catorce, quince... Y siempre otro aparece 
para asestarte un par de cornalones.

Y todo porque ven tu escribanía 

con éxito. Si tonto, Fabio, fueras 
ninguno te envidiara, ni uno solo 

así que tú a tu cosa, a tu poesía.

Mándalos al carajo por gaoneras.
Y que te sigan ordeñando el bolo.


Ese anónimo gaditano es uno de los poemas que forman parte de El río de mis ojos,la antología poética que resume cincuenta años de escritura de Ángel García López en torno a un eje temático, el Sur. 

Acaba de publicarla en su colección Arrecifes La Isla de Siltolá con edición y prólogo de Tomás Rodríguez Reyes y epílogo de José Jurado Morales.