10 marzo 2015

Breviario negro de Ángel Olgoso


Luz oscura titula José María Merino el prólogo que ha escrito para Breviario negro, la colección de cuentos breves que Ángel Olgoso acaba de publicar Menoscuarto en su colección Reloj de arena.

Cuarenta y un relatos breves, salvo algunos como La Rosa Azul y Últimas voluntades, más extensos y con otro ritmo, en los que la sostenida intensidad verbal y la sorpresa de las revelaciones son el material -a la vez sólido y etéreo- de unos relatos en los que lo maravilloso es la raíz y también el resultado de la iluminación de un milímetro cuadrado de realidad a una nueva luz o a una nueva sombra.

Entre guiños y homenajes a los maestros del relato fantástico -de Poe a Borges, de Kafka a Cunqueiro-, el horror y el sueño, la muerte y el tiempo, lo monstruoso y lo mágico se imponen al lector con la prosa cuidada e intensa de uno de los mejores narradores españoles actuales.

Como en el resto de su obra, en estos relatos Ángel Olgoso realiza una incursión en lo fantástico, una exploración iluminadora de otros mundos ocultos tras la apariencia y la rutina, en una trayectoria que sigue la inagotable vía abierta por Poe, Kafka o Cortázar, lo que José Mª Merino propuso como fin y método de la literatura: hacer una crónica de la extrañeza.

Porque Ángel Olgoso es un maestro en la difícil tarea de equilibrar fondo y forma, de fundir tensión narrativa y altura estilística, imaginación y experiencia, vida y literatura; un autor dotado de una inusual capacidad para contar esas historias de frontera entre la realidad y el sueño con densidad y exigencia verbal sin caer nunca en los peligros de la prosa poética, porque aquí la prosa se pone al servicio de la construcción narrativa y es una invitación a pasar al otro lado del espejo, a entrar en un espacio de asombro y misterio donde lo fantástico va más allá del mero descubrimiento y se convierte en un método de acceso a otra dimensión de la realidad.