03 mayo 2015

Descanso de caminantes



La gente fuerte se abre camino sola. De joven yo no me sentía solidario con los jóvenes; la juventud no era una categoría que me interesara (sí la inteligencia, la inventiva, la belleza). Los otros días vi en el cine a una chica rubia y linda que besaba cariñosamente a un viejo y pensé: «Qué simpática (ojalá yo tuviera una así)». Lo que pasa es que ahora hago causa común con los viejos. Los débiles necesitan agremiarse.

Adolfo Bioy Casares. Descanso de caminantes.
Editorial Sudamericana. Barcelona, 2001.