22 junio 2017

George Steiner. La poesía del pensamiento



La ruptura radical con el pasado histórico occidental sería la impuesta por lo efímero. Supondría la deliberada aceptación de lo momentáneo y lo transitorio. No habría confesas aspiraciones a la inmortalidad. Se dejarían a los académicos franceses. Los versos que afirman durar más que el bronce serían sepultados en los archivos. La cita pasaría a ser arrogancia y una práctica esotérica. La obra que se autodestruye, el azote de la muerte, que todo lo borra, serían no solamente aceptados sino en cierto modo incluidos dentro de los fenómenos estéticos e intelectuales. El sentido devendría juego: homo ludens. De este modo, la semántica convergería con esas mutaciones en el rango de la muerte y la identidad personal a las que me he referido. En el horizonte está la perspectiva de que los descubrimientos bioquímicos y neurológicos demuestren que los procesos imaginativos y cognitivos de la psique humana tienen una fuente en última instancia material. Que hasta la conjetura metafísica o el hallazgo poético más grandioso son formas complejas de química molecular.

George Steiner. 
La poesía del pensamiento. Del helenismo a Celan.
Traducción de María Condor. Siruela. Madrid, 2011.