10 agosto 2017

Muertos a la carta



Lo primero que escucho cuando dejan la carta y me llaman es: 
—¿Qué me recomienda para hoy? 
Se trata de gente solitaria, que llega a último momento y necesita que uno decida por ellos. No les digo nada porque es mi trabajo, el elegir, pero antes necesito que ellos sepan algunas cosas de ellos mismos. (...)
Pero mi trabajo no termina solo en la cocina. Navega hasta las profundidades del alma humana que se ve desprotegida. Yo no elijo, ayudo a tomar la decisión. 
Mi trabajo es complejo y duro, pero en el fondo caritativo. 
Sé cocinar. También sé elegir los caminos. 

Así comienza Muertos a la carta, con la que Pablo Cazaus obtuvo el IX Premio Tristana de Novela Fantástica, que publica Menoscuarto.
A partir de ese momento inicial el lector no dejará de encontrarse sorpresas y personajes que le cuentan su historia –para ir sabiendo cosas de sí mismos- al narrador, el chef del restaurante Le Rêve –El sueño. 
Con un sabio uso de la elipsis y un tono natural e impasible ante una situación inverosímil, Muertos a la carta introduce el humor negro en el territorio de la literatura fantástica a lo largo de dos semanas de menús diarios insólitos diseñados por un chef peculiar a la altura de unos comensales no menos peculiares. 
De sorpresa en sorpresa, hasta el incendio final.