La razón estética de Chantal Maillard
Estamos ahora inmersos en la representación. La distancia
que permitía tomar conciencia de la ficción se ha reducido drásticamente. Esto
permite neutralizar las emociones dolorosas que experimentaríamos ante un hecho
trágico si asistiésemos a él sin mediación y, consecuentemente, frenar los
movimientos de rebeldía que nuestro rechazo pudiese generar. El peligro, el
enorme peligro de la representación es que cualquier acontecimiento, sea éste
de la naturaleza que sea, se recibe con una tasa de placer que viene a sumarse a
la variante emocional que entra en juego. Ese es el poder de la ficción. Cuando
asistimos a los acontecimientos como si fuesen un espectáculo porque se nos re-transmiten
por los mismos canales y en el mismo formato que la ficción, no llegan con ese
plus de placer que caracteriza todo espectáculo. Los noticiarios se convierten
entonces en capítulos de una serie televisiva y las historias de corrupción o el
seguimiento del éxodo de las poblaciones, en sendos culebrones que se reanudan
a diario a la hora prevista y que reconocemos por el titular: “Crisis de
refugiados”, “Ataques terroristas”, etcétera, escribe Chantal Maillard en el prólogo a la segunda edición -Veinte años después- de La razón estética, un conjunto de ensayos que constituyen "una propuesta para tiempos difíciles."
Esta segunda edición revisada y actualizada, que publica Galaxia Gutenberg en su espléndida colección de ensayo, llega hoy a las librerías.
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