18 septiembre 2017

Simic. Cuatro fragmentos


Nombramos una cosa y luego otra. Así es como el tiempo entra en la poesía. El espacio, por otro lado, existe en virtud de la atención que dedicamos a cada palabra. Cuanto más intensa nuestra atención, más espacio, y hay mucho espacio en las palabras.

Hay tres clases de poetas: los que escriben sin pensar, los que piensan mientras escriben y los que piensan antes de escribir.

¿Qué es lo que quieren los poetas en realidad?», me preguntó una vez un profesor de filosofía, un tipo listo. Era de noche y habíamos bebido mucho vino, así que dije lo primero que se me ocurrió: «Quieren saber aquello que no puede decirse con palabras».

A los poetas narrativos: ¿qué creéis que quiso decir Pound cuando escribió que «no vuelvas a contar en verso mediocre lo que ya se ha contado en buena prosa»


CharlesSimic. 
El monstruo ama su laberinto.
Cuadernos.
Traducción de Jordi Doce.
Vaso Roto. Madrid, 2015